Para ser artista o en este caso para ser fotógrafo, se requiere como ingrediente fundamental la sensibilidad, entendida ella como una especie de hormona presente en todos los seres humanos casi de manera latente, pero que muy pocas veces, encuentra el terreno abonado para germinar y dar a luz, cualquiera de esos elementos que los profanos llaman arte, pero qué en realidad, no es otra cosa que la voz del alma.